Liseo González
Actualmente, nos enfrentamos en diversas dimensiones y géneros, a muchos cambios y problemas tanto sociales como naturales. Y tal vez, por ser tantos y tan graves, nos sea complicado determinar cuál nos afecta más, y por lo tanto, cuál debemos resolver primero; pero por algo tenemos que empezar.
Uno de esos problemas es la pobreza, que aqueja a la mayoría de la población y que cobra innumerables víctimas inocentes todos los días. ¿Y esto por qué? Veamos algunas cifras: desde 1950, la población mundial se ha triplicado. En la actualidad somos más de 7 mil millones de habitantes; de ese total, el 70%, o sea, cerca de 5 mil millones de personas, vive por debajo del umbral de la pobreza.
El dato más amargo, es que la mitad de los pobres del planeta viven en países ricos (México, por ejemplo, es un país rico en recursos naturales y de sus 113 millones de habitantes, 75 millones están en la pobreza). La forma de desarrollo mundial no ha cumplido sus promesas, o mejor dicho, solo unos cuantos la han disfrutado y se han enriquecido de ese desarrollo. En 50 años, la diferencia de riquezas ha aumentado como nunca, en la actualidad, la mitad de las riquezas están concentradas en manos de los más ricos.