viernes, 14 de septiembre de 2012

La economía brasileña y los factores de su éxito


Abel Pérez Zamorano


Todos los pueblos aprenden unos de otros, y las experiencias de cada uno, buenas y malas, se convierten en lecciones para todos, podríamos decir que en patrimonio cultural de la Humanidad, aquilatadas en función de resultados; obviamente, es absurdo recomendar copias al carbón, porque historia y circunstancias difieren, y una misma política, exitosa en un país, puede no serlo en otro. Pero el desarrollo no es, tampoco, un abigarramiento caótico de casos absolutamente diferentes, inconexos e incomparables; existen pautas comunes y leyes del desarrollo que imponen regularidades de validez general. Reflexiono sobre esto con motivo de la experiencia económica reciente de Brasil, nación diferente a la nuestra, cierto, pero con evidentes similitudes, y de la cual podemos aprender. Ese inmenso país (más de cuatro veces mayor que México) fue colonia portuguesa, esclavista hasta 1888. Desde el régimen de Getulio Vargas en los años 30 y parte de los 40, en Brasil dio inicio la economía cerrada y el después llamado modelo ISI, que concluyó a principios de los 80, con la instauración del neoliberalismo, con los presidentes Sarney, Collor de Mello, Franco y Cardoso. Pero ese modelo no duraría mucho. A partir de 2003 y hasta 2011, Brasil optó por un gobierno popular (ciertamente en alianza con el empresariado nacionalista), encabezado, primero, por Luiz Inácio  Lula da Silva, obrero metalúrgico y sindicalista, y luego por la actual presidenta, Dilma Rousseff. Uno de los primeros pasos hacia un modelo de desarrollo económico nacional fue la liquidación, en 2005, de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con lo cual Brasil concluyó su dependencia de esa institución y conquistó la soberanía para decidir su propio rumbo.

HUEVO


Brasil Acosta Peña


El huevo es consumido por los humanos por su  alto contenido proteico, principalmente albúmina, que es la clara o parte blanca del huevo. La variedad de platillos que resultan del uso de este alimento va desde el huevo crudo, como puede ser el caso de lo que la gente denomina “polla”, que es jugo de naranja, jerez y dos huevos; hasta un omelete francés, hecho con delicadeza estética y sabor especial, o bien, la gran gama y variedad de preparación de ese platillo que tenemos en México: revueltos con jamón, rancheros, divorciados, motuleños, a la poblana, con mole, con tocino, cocidos o tibios, etcétera; y todo ello revela la importancia del huevo en la dieta humana y, en particular, en la mexicana, pues no hay lugar al que uno vaya en el que no le ofrezcan, a manera de desayuno, unos huevos “al gusto”.
Para dar datos más precisos, México es el primer consumidor de huevo en el mundo, según lo revelan los datos de la Secretaría de Economía. Las familias mexicanas, en promedio, gastan mil 319 pesos por año según reveló la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares, (ENIGH 2010); según el Instituto Nacional Avícola, (INA), el consumo per cápita (por persona) anual es de 20.3 kg por año, que multiplicado por 100 millones de mexicanos equivale a 2 millones 30 mil toneladas de consumo de huevo por año. Debajo de México están Japón, Taiwán, China y Francia, en consumo per cápita de huevo. En México se consumen, aproximadamente 355 huevos al año por persona.

SOMOS CINCO MIL



Víctor Jara


Somos cinco mil aquí.
En esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?
Somos aquí diez mil manos
que siembran y hacen andar las fábricas.

Caso Assange, ¿Cuántos secretos más?


Liseo Gonzáles



El caso del periodista australiano, Julian Assange, no pasaría de ser una anécdota más si el imputado no fuese uno de los creadores de Wikileaks. El fundador de dicho sitio estuvo casi dos años sometido a arresto domiciliario en territorio inglés, como consecuencia de una demanda de extradición de Suecia para interrogarlo por presuntas agresiones sexuales, sin que hasta la fecha exista contra él una sola acusación formal.

Por otro lado, Assange, quien, sin investigación de por medio, es acusado por Estados Unidos de colaboración con terroristas por la tarea de Wikileaks de dar a conocer cientos de miles de documentos secretos del Pentágono y del Departamento de Estado. Dichas revelaciones hechas en 2010, confirman la comisión de crímenes de lesa humanidad por las fuerzas militares de Washington en Afganistán y en Irak y documentan el permanente e ilegal injerencismo de Estados Unidos en prácticamente todos los países en los cuales mantiene representaciones diplomáticas. Esta, es la mayor filtración de documentos en la historia de los Estados Unidos.

El Mito de Sísifo según la Economía


por Ecostófanes o Mono Economista

Pareciera como si hubiera “sonado la campana funeral de la ciencia económica burguesa. Ya no se trataba de si tal o cual teorema era o no verdadero, sino de si resultaba beneficioso o perjudicial, cómodo o molesto (…) Los investigadores desinteresados fueron sustituidos por espadachines a sueldo y los estudios científicos imparciales dejaron el puesto a la conciencia turbia y a las perversas intenciones de la apologética” (Marx, K. 1973, énfasis añadido). Lo fundamental de esta frase no es lo que concierne al discurso marxista sobre la “economía burguesa”, sino el que señala un hecho del cual somos testigos. El cuestionamiento de la economía como ciencia a partir de un momento. La “ciencia” economía está en crisis (no nada más la economía real), cada vez que se ve superado su poder explicativo en lugar de afrontar los problemas que la aquejan, se sigue aferrando (en esencia) a los mismos principios y conclusiones pasadas. Igualmente, cuando se cuestiona el “sistema de mercados” lo defiende como si tuviera algo que perder, como si su objetivo fuera convencerse a sí misma continuamente de que tiene la razón, aun cuando hay muestras que apoyen lo contrario. Y en muchas ocasiones considera necesario recomenzar el trayecto avanzado, volver a enunciar sus leyes, replantear sus supuestos porque no son realistas.

YPF de nuevo es de los argentinos


Liseo González

El pasado mes de abril la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dio la noticia desde la Casa Rosada de que se expropiaba a Repsol del 51% de las acciones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Esto tomó a muchos por sorpresa y despertó un sinfín de reacciones; muchos países de Latinoamérica aplaudieron y la calificaron de necesaria y justa, otros (especialmente Europa y Norteamérica) la criticaron e incluso la calificaron como “un atropello contra la empresa”.

El argumento principal de la expropiación fue la política de sobrexplotación de los yacimientos existentes y la poca actividad exploratoria que se llevó a cabo durante la gestión de Repsol (tan sólo se invirtió el 0.2 % de los ingresos de la empresa en más de 11 años). También se responsabilizó a Repsol de la caída del 54 y 97% de la producción de crudo y gas natural entre 1998 y 2011, cayendo en la necesidad de importar combustibles. La realidad era un mal manejo de la empresa YPF a manos de Repsol.