martes, 22 de febrero de 2011

Política económica


Alan Ramírez
21 de febrero de 2011
 
La economía de mercado se encuentra en una etapa decisiva de su constitución histórica, la crisis provocada por su funcionamiento en sí, lleva tres años ya, y su recuperación a estas alturas aun se ve difícil. Por un lado el sector “real” de la economía todavía presenta crecimientos realmente pobres a nivel mundial, con sus debidas excepciones, y por el otro el llamado sector financiero sigue presentando altos grados de inseguridad mundial en los mercados bursátiles, dejando así, a pocos “emprendedores” que quieran invertir en este sector de la economía. Un panorama difícil se vislumbra en la economía mundial y al parecer la mano invisible del libre mercado necesita una ayuda visible que, por lo menos, ayude a salir de tal agujero económico.

Lo anterior no es ninguna incógnita, alrededor del mundo se implementan día con día políticas económicas anticíclicas de acuerdo con la situación del país en cuestión. Tales acciones son de estabilizar al sagrado mercado tienen repercusiones a mediano plazo fundamentales.

Un claro ejemplo es la famosa crisis de 1929, iniciada, como dicen los que saben, el ”jueves negro” de octubre de aquel año. Esta crisis, conocida como una de las más grandes que el sistema capitalista haya conocido, tuvo sus propias repercusiones en las políticas económicas de la época. El New Deal, nombre que se le dio a la política económica que Franklin D. Roosevelt implementó en contra de la crisis del 29, buscaba recuperar la estabilidad económica mediante el fomento del consumo, con la idea de que, al haber más consumo habría por tanto más inversión aun a costa del aumento deuda pública. Así pues, el gobierno estadounidense de esa época incentivó el consumo aumentando el gasto público, es decir principalmente, aumentando la inversión de este a la infraestructura del país. Tal medida fue, para muchos expertos, un gran atino del gobierno Estadounidense, que , como consecuencia, trajo consigo la lenta, pero efectiva recuperación, de la potencia económica más grande del mundo.
Ahora bien, y haciendo alusión a aquella frase de Marx que dice que la historia se siempre se repite primero como tragedia y después como comedia, Estados Unidos, 80 años después, vuelve a tener una crisis muy parecida a aquella del 29, crisis de la cual aun no sabe cómo salir.
Lo anterior no resulta menos alarmante para nosotros por el hecho de no vivir en las tierras del norte, sino que, por el contrario, a México, uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, le afecta aun más que a la potencia Norteamericana. El resultado, una crisis incluso de mayor impacto social en nuestro territorio. ¿Cuáles son las medidas que el gobierno mexicano está tomando? Un plan de austeridad con el fin de disminuir la deuda nacional, lo cual es posible mediante tres vías: La reducción de la burocracia Mexicana (incluyendo salarios); la reducción de obras, servicios y subsidios, y finalmente, mediante el aumento de los impuestos. Dicho esto, parece que la opción del Gobierno Federal es la reducción del gasto público, claro está que no mediante la reducción de la burocracia.
Así es, se pone por encima la deuda del Estado hacia otras naciones, a la duda del mismo estado hacia sus habitantes. Mientras países como China optan por aumentar las inversiones en educación e investigación tecnológica, en México la política económica es disminuir el gasto público. ¿Cuál cree usted que es la mejor opción?

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