lunes, 2 de mayo de 2011

¿Urge la Reforma Laboral?

Jorge Barajas Cortés

Como gallinas apedreadas en corral, perredistas y panistas se han lanzado a soltar declaraciones por todos lados acerca de la importancia que para México representa la aprobación de la reforma laboral. Como siempre pensando solo en sus intereses de grupo y no en lo que verdaderamente conviene a los mexicanos, sobre todo a aquellos a los que afecta de manera directa la dichosa reforma, quieren convencer a la población de sus posturas sin importar las consecuencias de sus actos.


Los argumentos de los blanquiazules, que para muchos parecen justificados, apelan al desarrollo económico del país y a facilitar las condiciones para que la iniciativa privada pueda invertir y con ello generar los empleos que urgen al país y que no ha sido posible por las corruptelas del gobierno en todos sus niveles, pero lo más lastimoso para los empresarios, es el cumulo de derechos con los que cuentan los trabajadores mexicanos y que afectan, según ellos, la productividad. Fieles al principio de que lo único que genera ganancia es la plusvalía, ósea, el trabajo no pagado al obrero, pretenden de un plumazo y por decreto garantizar pingües negocios sin importar que al productor de esa riqueza siga viviendo en la pobreza y no en pocos casos, pobreza extrema.
De lo anteriormente expuesto, pareciera que lo correcto sería apoyar la postura de los amarillos que se opone con uñas y dientes a una reforma que lástima, la ya de por sí, mala situación de los trabajadores, y aquí es importante hacer un poco de historia y análisis de cuál ha sido su actuar en importantes decisiones que se han tomado en las cámaras de diputados y senadores. Basta recordar cuando se aprobó el aumento del IVA, del 10 al 15%; cuando pese a todos los pronósticos se aprobó el FOBAPROA; cuando se aprobó la Ley del IMSS y del ISSSTE; cuando dijeron defender el petróleo y terminaron aceptando la participación de inversionistas en PEMEX, pero lo más grave fue cuando lograron despertar en el pueblo el ansía de organizarse y reclamar lo que sentían que les habían robado, la Presidencia. Cientos de miles se vieron sorprendidos y traicionados al ver que la izquierda se conformaba con autonombrarse como legítimos, demostrando que no son garantía para defender los intereses de las clases desprotegidas, por más que se desagarren las vestiduras y que pasada la euforia del problema social en turno, se olvidaran del asunto buscando otro fenómeno que les permita hacer uso de micrófonos, cámaras y reflectores para presentarse como los mesías del pueblo mexicano.



¿Y entonces? El ciudadano no se debe dejar de llevar por los cantos de sirena, que del lado izquierdo y derecho, pretenden venderle la idea de ser la opción para la solución de los problemas de los trabajadores, entender que no es con reformas como se resolverán sus problemas, mientras no hagamos que se dé cumplimiento a las leyes ya existentes, por mucho que se hagan otra nuevas, seguirán sin respetarse si la sociedad no se organiza y exige lo que le corresponde. Sabedores de que no se puede repartir lo que no existe, nuestra clase capitalista deberá entender que solo una economía bien planificada, con una clase obrera educada, capacitada, con excelente seguridad social dará los resultados esperados para el desarrollo económico.


No hay comentarios:

Publicar un comentario