sábado, 9 de abril de 2011

Asesinos del mundo



          El 6 de agosto de 1945, los norteamericanos arrojaron una bomba nuclear sobre Hiroshima, asesinando a de más de 140 mil japoneses. Tres días después, aun conociendo sus devastadores efectos, lanzaron una segunda bomba pero ahora sobre Nagasaki, donde murieron otros 80 mil nipones. Se sellaba así, de manera criminal, el fin de la segunda guerra mundial y, al mismo tiempo, el inicio de la “Guerra Fría”. El imperialismo mostraba el músculo a los países del bloque socialista.   

Boma lanzada en Hiroshima


La segunda guerra mundial habría de transformar el sistema económico y político internacional: Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (los grandes triunfadores de la contienda mundial junto con Gran Bretaña) establecieron su clara supremacía. EU impuso su hegemonía económica, promovió la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para garantizar su control político sobre los países del mundo y fundó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para fortalecer su poderío militar y capacidad de combate.    
   
          Durante 17 años (1958 a 1975), mantuvo una sangrienta guerra de intervención en Indochina contra Vietnam, Laos y Camboya. Murieron más de cinco millones de asiáticos.

          En 1961 invade Cuba. Pero ante su inesperada derrota militar decide establecer el más feroz y perverso bloqueo económico y comercial contra la isla con el objetivo de doblegar, por hambre, al gobierno revolucionario de Cuba y a su combativo pueblo.

          En 1973, dirigió el golpe de estado en Chile, asesinó al presidente  socialista Salvador Allende y, por más de 17 años, otorgó su respaldo incondicional a una de las dictaduras más sanguinarias de América Latina encabezada por  Augusto Pinochet.

          De 1980 a 1990, en Nicaragua, organizó militarmente a los grupos contrarevolucionarios para combatir la revolución sandinista. El gobierno de EU, a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), entrenaba, abastecía, armaba  y financiaba a la “Contra” para arrebatarle el poder al Frente Sandinista de Liberación Nacional.

          En 1983, invade Granada, una pequeña isla ubicada en el Caribe; la operación militar denominada “Furia Urgente” se mantuvo por más de un año en ese diminuto país para evitar las transformaciones económicas y políticas de corte socialista que se pretendían instaurar en la isla.

          En 1991, el derrumbe del socialismo en la URSS y en los países de Europa significó el fin a la “Guerra Fría”; demostrándose que el capitalismo y el socialismo no son sistemas económicos alternativos sino sucesivos. Sin el contrapeso mundial que ejercía el régimen soviético, el imperialismo se erigía como la única potencia al frente de la conducción económica, política y militar del planeta. Los yankis se frotaban las manos y seguían a la ofensiva. 

          En 1999, invade Serbia en el contexto del conflicto étnico de Kosovo. Durante cuatro meses bombardeó al pueblo serbio para posteriormente encarcelar y asesinar al presidente  yugoslavo Slobodan Milosevic.   

fuerzas de la OTAN, en Vietnam

          En 2001, con el objetivo de capturar a Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda, invade Afganistán como respuesta militar a los ataques que derribaron  las torres gemelas de Nueva York. La ocupación lleva casi 10 años  de homicidios  y abusos  contra de la población civil. Hoy en día, los testimonios gráficos de niños, jóvenes y ancianos  brutalmente asesinados ponen al descubierto la crueldad del imperio contra el pueblo afgano.   
  
En 2003, invade Irak con el pretexto de deshacerse de las armas de destrucción masiva que “ponían en peligro la estabilidad mundial”. Con el tiempo se demostró que el gobierno norteamericano engañó al mundo entero: no existían armas de destrucción masiva, ni relación con la organización terrorista Al Qaeda y aun después de asesinar al “dictador” Saddam Hussein, el imperio sigue manteniendo su intervención armada. Los hechos confirmaron que el verdadero interés de EU era apoderarse de los recursos petroleros de Irak. Más de un millón de iraquíes han sido asesinados.

Cabe destacar su crueldad contra la población iraquí: los invasores, posando sonrientes frente a los cadáveres mutilados de los iraquíes o el trato que en la cárcel de Abu Ghraib han dado a los prisioneros; desnudos y cubiertos del rostro, son vejados, torturados, humillados sexualmente y finalmente asesinados. Una verdadera orgía del crimen que revela su desprecio absoluto por la vida humana.

Y toda esta historia de sangrientas transgresiones (que son sólo algunos ejemplos de las más de 150 intervenciones militares de E.U. por el planeta),  ha sido cínicamente justificada en nombre de la “libertad”, la “democracia” y los “derechos humanos”. Esto significa que los amos del mundo no sólo han impuesto su hegemonía económica, política y militar sino que, ideológicamente, imponen también a los pueblos del orbe sus torcidos conceptos clasistas de “libertad”, “democracia” y “derechos humanos”.   

Así las cosas, resulta que estos asesinos del mundo, precursores de la más prolongada y abusiva violencia contra los pueblos del planeta, se muestran “indignados” por los recientes acontecimientos que se viven en Libia y proclamándose de nuevo como los incansables defensores de los “derechos humanos”, con el respaldo de sus incondicionales de la ONU y la OTAN, el pasado 19 de marzo del 2011, iniciaron un feroz bombardeo contra Libia, lanzando  más de un centenar de misiles a territorio libio para detener, dicen ellos, la violencia desatada por el “dictador” Muammar al Gadafi contra su propio pueblo.

Llama la atención la manipulación de los principales medios de información que en el mundo han desatado una feroz campaña para satanizar la figura de Gadafi como un tirano que se ha mantenido en el poder por más de 40 años, un despiadado “dictador” que asesina a su pueblo, para formar una corriente de opinión internacional en su contra y justificar así la intervención militar en Libia.

Como en Irak y en el resto de los países agredidos, el imperialismo siempre ha utilizado la mentira para ocultar sus verdaderos intereses: en esta nueva agresión, a EU el pueblo libio le importa un bledo, lo que en verdad pretende es apoderarse de su petróleo, reactivar el negocio de la industria bélica y asentarse estratégicamente en una convulsionada región del Mediterráneo que parece escapar de su control.

Invasión a Irak
          Si Gadafi es un “dictador” asesino, un dirigente que ha perdido toda “legitimidad”, que debe abandonar el poder, el país, e incluso, que merece morir, o bien, si se trata de un singular líder africano anticolonialista que ha brindado educación, salud y bienestar a su pueblo y que por sus excesos deba ser destituido, eso es una determinación que no corresponde resolver a Sarkozy, Cameron, la OTAN o el mismísimo “premio nobel de la paz” Barack Obama. Los cambios y el rumbo económico, político y social de Libia son determinaciones que única y exclusivamente corresponde resolver al pueblo libio y sólo al pueblo libio. A nadie más.

A pesar de que Rusia y China (que en el Consejo de Seguridad de la ONU en lugar de abstenerse debieron votar contra la resolución) se desgarren hoy las vestiduras reclamándole a EU que los bombardeos a Libia son contrarios “al espíritu” y propósitos de la resolución 1973 de la ONU, que tan sólo perseguía frenar la violencia del gobierno de Gadafi estableciendo una zona de exclusión aérea para proteger a la población civil, lo cierto es que la guerra ha iniciado y el bombardeo “humanitario” del imperialismo y los subsecuentes ataques aéreos de la OTAN han comenzado a cobrar cientos de víctimas civiles.

Bombardeos de la OTAN a Libia


Se lo permita o no la resolución de la ONU, el imperio está decidido a derrocar al régimen de Gadafi y legitimar un gobierno que sirva a sus intereses. Es por ello que debe exigirse respeto a la soberanía y libre determinación de los pueblos, no sólo de Libia, sino de todos los países del mundo, entendido esto no sólo como un acto de solidaridad internacional, sino como un acto de elemental autodefensa y sobrevivencia.



          

No hay comentarios:

Publicar un comentario