martes, 5 de abril de 2011

El fantasma de la recuperación

Alan Ramírez
Un fantasma recorre México: el fantasma de la recuperación económica. Qué mejor que esta socorrida frase para describir el panorama del “pensar nacional”. Y es que no son pocas las opiniones que dicen que México por fin está saliendo de la crisis económica, estás opiniones se escudan en datos como el crecimiento del “PIB” del 5.5 por ciento alcanzado en 2010 y a las expectativas para 2011, que los analistas vaticinan de entre 4.0 y 5.0 por ciento. El PIB o producto interno bruto se define como la suma monetaria de todo lo producido en una nación durante un periodo de tiempo dado, en este caso durante un año. Para darnos una idea de lo que esto significa, podemos tomar el promedio del crecimiento del PIB en México durante el sexenio de Vicente Fox Quesada que fue de 2.32%. Un incremento del 5.5% no suena tan mal vistas así las cosas, claro, esto si omitimos el descenso de 2008 cuando el PIB disminuyo en un 6.08%

Vicente Fox Quezada
Por otro lado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en su reporte semanal de fines de marzo dio cuenta de los “grandes avances” de la nación: incremento en la actividad económica del sector externo. En exportaciones el crecimiento fue de 24.5% mientras que en importaciones fue de 23.5% a tasa anual. Para entender los conceptos de importaciones y exportaciones tenemos que partir del hecho de que, de todo lo que un país produce durante un año, un porcentaje se destinará para el consumo interno y el excedente se utilizará para exportarlo y, de esta manera, obtener ingresos extras (exportaciones). Ahora bien, las mercancías que una nación necesita y que, a su vez, no produce, ya sea porque no posee los elementos necesarios para hacerlo o porque le resulta muy costoso, tiene que comprarlas a otras naciones (importaciones).

En resumidas cuentas, los datos anteriores reflejan un incremento considerable en el comercio exterior y, consecuentemente, un incremento en el ingreso nacional.

Por su parte el Banco de México dio a conocer que, según su encuesta sobre las expectativas de crecimiento económico de marzo, las variaciones del consumo y de la inversión serán superiores a las del año pasado: de 4.3% y 5.1% en 2010 pasarán a 4.6% y 5.5% en 2011. Una disculpa al lector por los tecnicismos aquí utilizados, se dice que los economistas son como los doctores y suelen complicar hasta los asuntos más sencillos, quizás intencionalmente en el caso de las instituciones gubernamentales. Superando el “paréntesis” anterior, tenemos que todo lo que se obtiene de ingreso (ganancia) se utiliza, o para satisfacer necesidades (consumo), o, para realizar alguna otra actividad económica y así obtener más ingresos (inversión). De tal manera que un aumento en el consumo significa que más personas están comprando y un aumento en la inversión significa que más personas, principalmente empresarios en este caso, están destinando recursos a alguna actividad económica que a su vez genere recursos.

Bruno Ferrari, titular de la Secretaría de Economía

La inversión y el consumo, pues, son datos fundamentales en el estudio de la economía, de tal manera que el incremento de estos siempre será, hasta cierto punto, muestra de un incremento de la actividad económica. Hasta aquí los datos optimistas del gobierno.

Todas las cifras anteriores nos demuestran que, necesariamente, el ingreso nacional se incrementó y se sigue incrementando. ¿Cuál es entonces el problema? Que la recuperación económica no le esta llegando a las grandes mayorías. ¿Cómo se distribuye el ingreso? Principalmente vía salarios.
Observemos de manera concreta este rubro.

Según un índice elaborado por el Observatorio del Salario de la Universidad Iberoamericana de Puebla, México es el segundo país, de nueve con que contó la muestra, con la brecha salarial más grande entre los trabajadores que perciben mayor salario y los que reciben el menor.

El mencionado documento advierte que el salario más bajo en México cabe 19.21 veces en el salario más alto, cifra que nos demuestra que en este país existe más desigualdad que en la tremendamente atacada China, en donde la relación es de 10.88 veces.

Por otro lado, el documento también reveló que el porcentaje de población ocupada con menos de dos salarios mínimos en 2005 fue de 45.3, tan solo 1% más que en 2010, es decir que en 5 años 44.3% de la población aun sigue percibiendo menos de dos salarios mínimos.

Queda claro que la mejor vía para la verdadera recuperación, es la correcta distribución del ingreso por medio de los salarios, ya que, cuando el ingreso no está bien distribuido, el consumo baja considerablemente de tal manera que los grandes empresarios, al no obtener una remuneración “adecuada”, dejan de invertir, lo cual crea un círculo vicioso.
La dinámica de la economía moderna exige racionalidad a la hora de la distribución del ingreso, sin embargo la rancia política económica mexicana y el patrón neoliberal se rehúsan a aceptarlo.

Casas de cartón en México

Finalizo recordando las siguientes palabras de Ernesto Cordero (cito textualmente), "Poco a poco la recuperación económica se va a ir sintiendo, ya se siente, no sé por qué no se transmite, no sé por qué no se platica, no lo sé, habrá que analizar con mayor detenimiento".

Y terminamos por donde empezamos, evocando al famoso fantasma de la recuperación que se escucha por todos lados pero que nadie, nadie más que nuestros “lucidos representantes”, puede ver.

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