domingo, 11 de septiembre de 2011

PÁNICO EN EL ESTADIO DE TORREÓN

Ricardo Torres

            El sábado 20 de agosto del presente año, en Torreón, Coahuila, fue suspendido, al minuto 40 del primer tiempo, el encuentro de futbol que celebraban los equipos de Santos Laguna y Monarcas Morelia, a causa de un tiroteo entre policías municipales y hombres armados que se realizo fuera del estadio Corona.




Los primeros que escucharon los disparos fueron los aficionados que se encontraban en la parte superior del estadio, en el área de sol, “donde retumbaron más fuerte los balazos”, algunos de ellos se impactaron en las paredes externas del estadio. Ahí comenzó el caos que se generalizó en cuestión de segundos.

            Árbitros y jugadores corrieron azorados hacia los túneles de los vestidores y los más de 20 mil aficionados, desconcertados, se tiraron pecho tierra entre las gradas para cubrirse de algún posible disparo. Por unos segundos, el pánico y el desconcierto invadió a todos los presentes, en seguida unos corrieron en sentido contrario de donde se escucharon los disparos y presurosos invadieron la cancha para dirigirse a los túneles. Las redes de telefonía celular se saturaron, provocando la angustia de familiares y amigos de los aficionados que no tenían manera de comunicarse con ellos. 



El saldo fue blanco. Sin embargo, paramédicos tuvieron que atender a varias personas que sufrieron crisis nerviosa y se reportó, además, un agente de la policía levemente herido.

Después de media hora, Alejandro Irarragorri y Oswaldo Sánchez, presidente del club Santos y capitán del equipo, respectivamente, se dirigieron al centro de la cancha para confirmar la suspensión del partido y tratar de tranquilizar a la afición que, aún pasmada, se resguardaba entre las butacas y distintas áreas del estadio. Después de un par de horas se permitió la salida de todos los aficionados.

La noticia se difundió en el país y el mundo entero como reguero de pólvora. Fue este el primer juego de la Primera División del futbol mexicano que se suspende a raíz de un enfrentamiento armado.

  

 Este hecho revela, sin lugar a dudas, la delicada situación de inseguridad pública que se vive en nuestro país. Todos los días, a toda hora, los medios de comunicación dan cuenta a la opinión pública sobre el número de enfrentamientos y cantidad de muertos (que rebasan ya los 40 mil) que registra la guerra del presidente Felipe Calderón contra el crimen organizado.

            Sin embargo, los mexicanos debemos reflexionar y entender que éste tipo de acontecimientos son sólo síntomas de un sistema económico y político en descomposición. El crimen, la delincuencia y la violencia que azota a nuestra nación y que hoy asoma a los estadios de futbol, tienen su origen en la desigualdad y la pobreza que vivimos millones de mexicanos. Rechazamos los hechos ocurridos frente al estadio Corona, en Torreón, y repudiamos, asimismo, las causas económicas y políticas que los provocan.

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