Gaddafi: lo que no se dijo del “dictador”

Leila Fedra Molina

En los medios anuncian como triunfo y logro benefactor para el pueblo libio la muerte de Muammar al Gaddafi; periódicos internacionales, páginas web, youtube, etc.,  muestran su captura y posterior asesinato,  perpetrados por gente deshumanizada y salvaje. ¿Por qué tan atroz persecución y tan horrendo asesinato?  Pues, hasta donde se manejó en todos los medios  de comunicación  —controlados en gran parte por una minoría que difunde información de acuerdo a los intereses de esa minoría— , las intervenciones por parte de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) a Libia fueron  porque Gadafi “reprimía a su pueblo”, por “no darles libertades”, por “promover el terrorismo” (dicha acusación, por cierto, sirvió de pretexto a Ronald Reagan para bombardear Libia en 1986 dejando cientos de muertos inocentes), en fin, por que “el régimen de Gaddafi no beneficiaba al pueblo libio”. Ahora bien, ¿qué hay de cierto en tales acusaciones?  Veamos.

Gaddafi

 Se le acusaba de estar relacionado con atentados terroristas así como de financiar a estas organizaciones, pero no con prueba palpable alguna; se hace un escándalo porque “desarrolló armas de destrucción masiva”, mismas que ya poseen Estados Unidos, Francia, Israel, Gran Bretaña, etc., si estos países  las poseen, desarrollan y ocupan, ¿por qué juzgar tan virulentamente al régimen libio? ¿No es esto un acto de absoluta hipocresía política? ¿O es quizás un acto de monopolización de las armas de destrucción masiva?

Bien, eso y muchas cosas más se manejaron en mayor proporción en los medios. Pero… ¿Era realmente Gaddafi un sanguinario dictador?, ¿Por qué triunfo en su momento su revolución?, ¿Qué hizo Gaddafi en progreso para con Libia y sus habitantes? Veamos.

Al tomar el mando de libia, en 1970 suprimió todas las instituciones de poder tradicionales, es decir, despojó  a la aristocracia monárquica que le precedió de sus privilegios; nacionalizó toda la gran empresa privada, incluyendo la tierra y la industria petrolera, dejando pequeños negocios familiares, dicho de otra forma, nacionalizó la mayor parte de la economía Libia, afectando así los intereses imperialistas.

En otros aspectos, en 2009  Gadafi se pronunció a favor de concluir con la situación “horrenda” en que viven las mujeres del mundo árabe e islámico, apostando por una revolución femenina; en el campo, se proyectaba un plan de riego  para el ejido que conduciría agua fósil desde los mantos acuíferos del desierto hacia las tierras cultivables que se tienen; diversificó la economía y la hizo menos dependiente del petróleo; la aportación al PIB de la industria manufacturera se incrementó en más de un 600%; una parte importante del ingreso del crudo es ocupado para los diferentes planes de desarrollo social,  especialmente en lo concerniente a salud y educación. En resumen, Libia pasó de ser una de las economías más atrasadas de África antes de Gaddafi a ser precisamente su opuesto, una de las economías más grandes del continente africano.   

A mi parecer, el desarrollo libio es mayor que todo el daño que supuestamente hizo Gadafi durante su mandato, vemos una vez más que los medios de comunicación  sirven a quien tiene el poder;  vemos que Fidel Castro tenía absoluta razón cuando afirmaba, hace ocho meses, que “el plan de la OTAN es ocupar Libia”.  El plan del imperialismo, a través de su brazo armado (OTAN), penetró realmente Libia; vemos también que las revoluciones sociales son levantamientos de toda la población en contra de las arbitrariedades de la clase dominante en beneficio del mismo pueblo, con consignas para el cambio de sus condiciones sociales,  pero en el caso de Libia, los levantamientos eran de unos cuantos grupos, con simples consignas de “¡matar al dictador!”, ¡claro! éste estorbaba a los intereses imperialistas. Intereses evidente como es el apoderarse del petróleo y las aguas fósiles acuíferas de Libia.

 Vemos que la libertad, de la que tanto se dice va a tener Libia, no es más que la libertas de libre comercio, libertad de compra-venta, libertad de explotar la riqueza natural libia para el imperio no para el pueblo.