viernes, 7 de octubre de 2011

MINEROS: LA TRAGEDIA SE REPITE


Ricardo Torres

           En la memoria de los mexicanos todavía está fresco el recuerdo de  la muerte de 14 mineros que, el pasado 3 de mayo, en el municipio de San Juan Sabinas, Coahuila, fueron víctimas de una explosión en la mina de carbón propiedad de la compañía “Beneficios Internacionales del Norte” S.A. (BINSA). Las autoridades, “preocupadas” por el siniestro y el lamentable costo de vidas humanas, declararon que ahora sí “pondrían todo su empeño en reglamentar y vigilar con mayor rigidez las normas de seguridad en las minas de extracción de carbón”.
Sin embargo, la realidad ha demostrado nuevamente que dichas afirmaciones fueron falsas; demagogia pura para salir del paso y deslindarse de su responsabilidad. Transcurrieron sólo tres meses y vemos que en el mismo San Juan Sabinas, pero ahora en la mina “La Esmeralda”, propiedad de Altos Hornos de México S.A. (AHMSA), apenas este 26 de agosto, una explosión produjo la muerte de cuatro mineros: Ángel González Pineda, Jesús Tobías Hernández, Miguel Hernández Martínez y Mario Alberto Flores Martínez,  integrantes todos de la cuadrilla del turno nocturno de la sección 239 del Sindicato Nacional de Mineros.

En el momento de la explosión se encontraban laborando 132 mineros, y de los 10 que conformaban la cuadrilla sólo seis pudieron escapar, es decir, que la tragedia pudo ser de consecuencias mayores.

Javier Lozano Alarcon
Ese mismo día, Javier Lozano Alarcón, Secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS), a través de un comunicado informó que; “A raíz del accidente ocurrido este viernes en la mina ‘La Esmeralda’… personal de la STPS practicaría una inspección extraordinaria de las condiciones de seguridad e higiene, con el propósito de identificar las posibles violaciones a la normatividad aplicable a dicho centro de trabajo… y, en su caso, imponer las sanciones que resulten aplicables” e “instruyó a la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) para poner a disposición de los trabajadores y sus familiares los servicios gratuitos de asesoría y representación jurídica en caso de así requerirlo”.  ¡Una verdadera burla!

Para los mexicanos es evidente que esta reciente tragedia no es  un “accidente” sino nuevos homicidios en el sector minero, cuya responsabilidad es de AHMSA y de la STPS por su criminal omisión al cumplimiento y vigilancia de las medidas de seguridad establecidas en la norma de Seguridad para Minas Subterráneas de Carbón. Resulta un insulto a la inteligencia y a la vida de los mineros que Javier Lozano anuncie una “inspección extraordinaria” después de la tragedia, cuando la seguridad de los trabajadores en las minas de carbón exige inspecciones ordinarias, sistemáticas y frecuentes (para medir las concentraciones de gas metano, el estado de las instalaciones y equipos de trabajo, la protección que utilizan los mineros, etc.), antes de que ocurra algún siniestro, precisamente para prevenirlos y evitarlos.

Tragedia de los mineros

Si bien, ese día de la explosión los medios se volcaron a informar sobre el lamentable fallecimiento de 53 personas en el casino Royale de Monterrey, lo cierto es que el hermetismo de AHMSA y la STPS sobre los mineros muertos en Coahuila estuvo acompañado de un trato marginal en los principales medios de comunicación, revelando así que el sesgo informativo sobre los sucesos en la mina “La Esmeralda” no estuvo exento de mano negra.
Esto es así porque AHMSA, filial del Grupo Acero del Norte, propiedad de Alonso Ancira Elizondo, es la mayor empresa productora de acero en México. En 1992 dejó de ser una compañía administrada por el Estado para convertirse en propiedad del capital privado. Cuenta con dos plantas siderúrgicas en la ciudad de Monclova, Coahuila, con una extensión de 1,100 hectáreas. El carbón que extraen de la región carbonífera de Sabinas es transportado por ferrocarril a las siderúrgicas. Produce anualmente más de 3 millones de toneladas de acero y emplea a más de 17 mil trabajadores.

Grupo Acero del Norte es, pues, uno de los tres emporios que controlan la producción y comercialización de los minerales en nuestro país (los otros son Grupo México, de Germán Larrea Mota Velasco, y Grupo Peñoles, de Alberto Bailleres González). Luego entonces, aquello de “imponer las sanciones que resulten aplicables” es una vacilada de Javier Lozano para cubrirle las espaldas a sus amos, los dueños del capital. Silenciamos a la prensa para que no haya mucho escándalo, canalicemos a PROFEDET la indignación de las familias de los mineros fallecidos y si las cosas se complican sencillamente te aplico las ridículas sanciones que la ley impone y asunto terminado. Así se atienden los problemas obrero-patronales en nuestro país.

Los empresarios acumulando riquezas que obtienen de la explotación de la fuerza de trabajo de los trabajadores y, por otro lado, el gobierno federal, a través de su secretario del trabajo, regulando la aplicación de la Ley Federal del Trabajo en función de los intereses de los patrones. Y para cerrar la pinza, un sindicalismo patronal, atado de pies y manos.

Mina de carbón "la esmeralda"


El problema es complejo y muy difícil de resolver pero tiene solución. Si no se quiere asumir una actitud de resignación que tan sólo aguarde el registro de futuras víctimas, los mineros de México deben comenzar entonces superando la división alentada por los patrones al seno del sindicato; unirse y organizarse, sacudirse el charrismo hasta quedar representados por líderes que en verdad defiendan sus intereses, y como fuerza obrera organizada, cohesionada, movilizarse, protestar y exigir al patrón y a las autoridades no sólo  el puntual cumplimiento y vigilancia a las medidas  establecidas en la norma de Seguridad para Minas Subterráneas de Carbón y severas sanciones penales a quienes las incumplan, sino, además, demandar una importante inversión económica en la región carbonífera de Coahuila (productora del 90 por ciento del carbón extraído en el país), para convertirla en una región prospera con los más avanzados sistemas de seguridad y con la capacidad de ofrecer empleo seguro y suficiente para todas las familias mineras de aquella región.
Tarea extremadamente difícil, cierto, pero no imposible, organizados pueden lograr eso y mucho más. Eso sí tengámoslo por seguro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario