miércoles, 7 de marzo de 2012

EL ESTUDIANTE QUE NECESITAMOS


Eliseo Santiago

 La grave situación que vive nuestro país, nos obliga a reflexionar a los que de una u otra manera nos preocupamos por los problemas públicos.  La violencia: por su crudeza, por el derramamiento de sangre, porque no se puede ocultar, a pasado a primer plano; nos vamos con la finta de  que el problema es la inseguridad, que ese es el problema por el que debemos preocuparnos,  para acabar este baño de sangre en que se ha convertido nuestro querido país.




Pero no es el único problema, al menos, no el fundamental,  hay cientos de miles que se ocultan o se maquillan, el desempleo, la falta de vivienda, la salud, etc., Otros problemas que no se analizan con profundidad, o se dejan a un lado,  por ejemplo, que la misma SEP en voz de su secretario haya reconocido,  que muchos niños no entienden de lo que leen, que 13 de cada 100 que ingresan a primara terminan la universidad y que de esos, muy pocos ejercen en el área en que se prepararon. La sequía hace padecer a hambre a millones de hombres, encareciendo además los alimentos, nada más para darnos una idea, el kilo de fríjol ronda los 31 pesos, si no es que más. Y que hace el gobierno: enviar despensas y agua, y decir que está trabajando; construir más penales, más leyes, etc.

Yo si veo el vaso medio vacío, inclusive veo que el vaso sólo es de un material tan pobre que no puede contener líquido. Intento ser objetivo,  pero claro, viendo desde el punto de vista de los que menos tienen. A todo esto, que tiene que ver esto con el tema, sobre la actitud de los estudiantes y jóvenes sobre la grave, gravísima situación que atravesamos. A los jóvenes en general a ellos son los que intento dirigirme, si alguien me lee  y me entiende, estaré eternamente agradecido.

Vivimos en un mundo en donde todo está relacionado, por eso todo lo que suceda en el mundo y en nuestro propio país nos afecta o nos beneficia querámoslo o no, sepámoslo o no. ¿Quiénes pueden hace algo? Los que actualmente gobiernan, ya nos demostraron lo que pueden hacer, pedir que cambien su actitud, es como pedir que una perra nos dé gatitos, por eso los únicos que pueden hacer algo son los interesados, las víctimas del sistema: los jóvenes y los trabajadores.



Los estudiantes tienen dos tareas sencillas y difíciles: en primer lugar dedicarse con todas las energías a estudiar la ciencia por la que se han decidido, ya sea la física, la química o cualquier otra rama del conocimiento, y además aplicarla en nuestro país, es decir que no nada más se quede con nosotros la ciencia, sino hacer que sea útil, en beneficio de nuestro pueblo, y no olvidar jamás que para que ustedes encuentren trabajo es necesario que el gobierno que esté en funciones se  preocupe por el desarrollo de su país, de que sirve ser experto en física cuántica si no hay donde ocuparse y uno se dedica a ser taxista o taquero.

No basta con ser un experto en la materia, es necesario encontrar un lugar donde aplicar los conocimientos, un gobierno progresista, construido por los hombres conscientes y realmente preocupados por el desarrollo económico, es el único que puede proporcionarles el espacio donde puedan aplicar sus conocimientos, México tiene mucho en donde trabajar, y hay muchos brazos desocupados y ociosos, es necesario ponerlos en movimiento

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La segunda tarea, por su preparación, por su claridad,  ellos deben ir a los trabajadores a explicarles que el problema fundamental de México es la injusta distribución de la riqueza, y que para que esto acabe se necesita la participación de aquellos que son los que menos reciben de lo mucho que aportan. Es necesario que los jóvenes asuman un compromiso con su patria, con su país, y que es necesario un cambio, pero no de gobierno sino de una clase más progresista. La medicina es amarga, muy amarga, pero es necesario tomarla si realmente queremos curarnos. ¡Oh jóvenes!¿Qué podemos perder si no hacemos nada?: nuestro futuro. Piénselo bien, armaos  (de conocimientos), defender lo que es nuestro, nuestro porvenir.

Una de la personas optimistas que conozco, me dijo alguna vez: México necesita un cambio, un cambio urgente, pero para que eso suceda,  es necesario que pase por lo menos,  toda una generación, mínimo cincuenta años para poderla cambiar, por eso urge, más que nunca ponernos manos a la obra, los estudiantes tienen reservado un lugar especial en esta lucha. Si no obtenemos beneficios rápido, no obtendremos la riqueza como el maná con solo levantar nuestros brazos, es necesario ponerlos en acción. Seamos como el sembrador de Blanco Belmonte, aremos y sembremos hoy, para que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de las frondas y los frutos que darán los  árboles el día de mañana. 

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