miércoles, 2 de marzo de 2011

PRD: de la superficialidad izquierdista al cinismo de derecha

Bruno Tlacaélel Gacía López 

En días pasados el presidente del PRD, Jesús Ortega, declaró que Andrés Manuel López Obrador tiene que respetar la alianza con el PAN a la candidatura por el Estado de México si lo aprueban los militantes de este instituto político. Los dimes y diretes se intensificaron a raíz del anuncio para realizar la “consulta ciudadana”. No sólo eso, los golpes van en todas direcciones y los que están en contra de la alianza dicen que esto generará más rupturas, que solo será otra raya al tigre, un PRD históricamente dividido
ADRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR

¿Por qué no el mismo ahincó en contra de la alianza en Coahuila y Nayarit? Las primeras que tienen estos partidos “antagónicos” en el 2011. En primer lugar, pareciera un acto inaudito aliarte con tu enemigo de facto, aquellos que, según los mismos perredistas, te robó la Presidencia, eso parece en la forma, pero en la esencia, en el interior, parecen ya, a estas alturas, dos gotas de agua. El verdadero trasfondo es ganar por ganar el Estado de México, el padrón electoral más importante del país, estado que siempre ha tenido las más aguerridas luchas políticas por la supremacía electoral y que puede influir en la carrera presidencial de algún modo.
Se dice que hay partidos de izquierda y derecha, aunque algunos politólogos consideran que también existen los partidos de centro, en México, el PRD, en teoría, se considera un partido de izquierda, no por ello continuador de aquella línea opositora al poder de los “Jacobinos” de Robespierre y Saint-Just, si no porque ellos así se autoproclaman.
Pero por qué un partido que se dice de Izquierda tiene pugnas internas sólo por el hecho de hacer alianzas con la Derecha, ilógico pensar que alguien puede aliarse con su enemigo, ni pensarlo.
En mi muy modesta opinión, la guerra intestina del PRD sólo exhibe el modo de su política, es decir, sacar la mayor ventaja electoral posible, dejando de lado el planteamiento de salidas a los verdaderos problemas nacionales, para los cuales no declarado una sola medida. Es el constante desgarramiento de las vestiduras perredistas porque tal o cual busca matarme por el control del partido o tal o cual ya nos emplazó a dejarnos si no aceptamos sus condiciones.

Las alianzas ponen de relieve que la verdadera piel de los políticos mexicanos. La bandera de izquierda con que se autoproclamó el PRD,  se ha teñido de cuanto color ha encontrado, por lo que en este sentido, el PRD no es más que una trasmutación de la misma derecha retrógrada que controla al país y frena su desarrollo.

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