sábado, 28 de enero de 2012

Vivir en la calle, el sello de vanguardia en la ciudad


Ciudad de México.- Las arrugas ocultan sus ojos, y su piel, ya gruesa y polvosa, le protege del frio. El pelo largo y la mugre hacen de su cabeza un refugio bastante confortable para los piojos. Los harapos mugrientos que él porta quizá los recogió del basurero de una esquina, ya hace tiempo. 


Soñaba con ser abogado, tener una familia y viajar por el mundo, nada de eso pudo cumplirse por una mala jugada del destino: inesperadamente perdió la memoria camino a la escuela, se detuvo en una esquina sin saber quién era, a dónde iba y cuál era su nombre y dirección, por eso ahora vive en la calle; su familia es un perro callejero que lo acompaña, desde hace cinco años, en su recorrido por toda la capital del país.



Según los resultados del tercer censo de población de calle del Distrito Federal, el número de personas en situación de calle aumenta en un promedio anual del casi 8 por ciento,  a pesar de los programas y de los millones de pesos que el gobierno de la ciudad invirtió en programas como “En frío invierno, calor humano”, que arrojó resultados nulos en algunas de las delegaciones. 

Actualmente, se cuenta con un registro que indica  que sólo en la delegación Cuauhtémoc se enlistan mil 31 personas en situación de calle; la mayoría de ellos entre los 18 y 30 años, en donde el 63 por ciento son del sexo femenino, y un 37 por ciento del sexo masculino, es decir, el sector con una edad de mayor productividad. 

De acuerdo a la encuesta realizada entre jóvenes de la calle, el 31 por ciento afirma que están en ese lugar por problemas económicos, el 24 por ciento por alguna adicción, el 14 por ciento por desintegración familiar, el 9 por ciento por violencia intrafamiliar,  y el 22 por ciento refirió a otras causas.




Aquí el que no trae pa' la papa, se amuela. No hay de otra, aquí cada quien se las ve cómo puede", dice el Mochas

La otra cara de la moneda

Durante la conferencia de prensa que dio Martí Batres Guadarrama,  miembro fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en marzo pasado, dio a conocer los resultados de la encuesta de gente en condición de indigencia; y para amortiguar el problema, remarcó que para mitigar esta situación implementarían programas de becas, así como de casas hogar para jóvenes.  

Juan Urive, tiene 34 años, salió de casa a los 15 años cuando su madre lo golpeó con una madera por la espalda, casi lo deja tirado en cama. La calle Artículo 123 ha sido su “hogar” desde que se escapó hace 19 años, su familia son otros jóvenes con papel y solvente en mano, gente que lo defiende y lo respeta, pero sobretodo “que son la banda”. 

La tarea más importante para ellos es conseguir ya sea un taco o una moneda, no importa si se tiene que cortarse la espalda o los pies, o si  tiene que robar. “Aquí el que no trae pa´ la papa, se amuela. No hay de otra, aquí cada quien se las ve como puede”, comenta el Mochas. 

Distribución equitativa de los ingresos, la posible solución



Estudios realizados por organizaciones privadas y por el gobierno, dan a conocer que la población en situación de calle es todavía más difícil de regenerar, pues entre drogas, vicios y malos hábitos, “no consiguen hacerlos cambiar de parecer”, afirman. 


El problema de raíz a la mala estructura social, pues aseguran muchos especialistas “viene desde el seno familiar, sobre todo tiene  un sustento económico, pues si no se tiene qué comer, los hijos tienen que trabajar; ellos con el tiempo se cansan y optan por vivir en la calle”.



Afirman también que este problema no ha sido suficientemente atendido en el Distrito Federal, pues los programas asistenciales y de ayuda sólo se han utilizado como campaña política, no se ataca el problema de fondo

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